Se acerca la noche (o
el día, depende). Miles de personas abandonan sus oficinas, y otras
miles están a punto comenzar su jornada laboral. Son las trabajadoras de la limpieza, cuya diligente actividad recorre
aparcamientos subterráneos, centros comerciales, despachos,
oficinas, hoteles, ministerios, casas particulares, hospitales, calles... dejando a su paso un rastro de suelos, paredes, muebles y
enseres relucientes y liberados de polvo y basura. Son las
limpiadoras, un ejército invisible y mal pagado cuyo imprescindible
trabajo suele pasar injustamente desapercibido.
Y que den gracias si lo pagan, que te sacan un edicto, te mandan a trabajar "y ya te pagaré si eso" y como no vayas todavía acabas en la cárcel. Es el estado de guerra, amigos.
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Es explotación pura y dura.
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Muy mal pagado, en muchos casos hay explotación.
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Francesc Cornadó
No son "casos", Francesc, es la explotación generalizada.
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Mal pagados, expuestos e ignorados. Otro gremio del que no se habla es el de los encargados del mantenimiento en hospitales, sin ellos el aire acondicionado, por ejemplo, no funcionaría o nadie limpiaría los filtros, etc. ¡Hay tantas personas tan necesarias y tan poco valoradas!
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En definitiva, la clase trabajadora.
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